Suiseki Symphony

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La principal religión de Japón fue durante siglos el shintoismo. Los kami o espíritus sagrados shintoístas habitaban en la naturaleza. Todos los objetos relacionados con los elementos naturales tales como: el viento, la lluvia, las montañas, los ríos, los árboles, las rocas y las piedras eran deseados ya que los kami residían en ellos. Durante más de mil años, los japoneses consideran ciertas  piedras como objetos de veneración que aproximan a esos espíritus.
Suiseki es una palabra japonesa que se refiere a una pequeña roca que con su forma y colores nos recuerda a un paisaje o un objeto de la naturaleza (animal, persona, etc.), y que algunos especialistas en este arte consideran que procede de la expresión japonesa sansui kei-seki. La traducción literal es “piedra de agua” seguramente haciendo referencia a que la mayoría de las piedras se encontraban en los ríos.
El  suiseki es una piedra o roca que sin ningún tipo de tratamiento agresivo consigue emular en nuestra mente paisajes, objetos, animales, etc.  Es una piedra que ha pasado por sus características a ser una obra de arte hecha y fabricada en la naturaleza.

Elementos esenciales: Tamaño y forma, color, calidad y dureza, textura, edad.
Hay dos formas de exponerlo, una es en una pequeña plataforma de madera tallada especialmente para albergarlo llamada daiza. La otra es sobre una bandeja grande y plana llena de arena o de agua que nos ayuda a imaginarlo en un entorno natural.

El suiseki suele utilizarse para acompañar a un bonsaí en una exposición o como elemento decorativo en un tokonoma.
Los orígenes del Suiseki, se remontan a los tiempos de la dinastía Zhou (1122-256 A.c.) en China. Se crearon jardines en los que las piedras (pequeñas y de gran tamaño) tuvieron un papel muy importante, evocando montañas, islas y demás paisajes dentro del conjunto. Durante la dinastía Song (960-1279) se establecieron los criterios básicos y principios de catalogación. Alcanza su pleno apogeo en una autentica fiebre en el coleccionismo por parte de emperadores y funcionarios letrados.

En posteriores dinastías, tener una roca en el estudio del letrado es un elemento fundamental, equiparable al pincel, la tinta, el clásico de la poesía, o algún instrumento de música.

Fue Du Wan, gran conocedor de las piedras de la época, quién recogió en su obra “Catálogo de las rocas del bosque brumoso, Yun lin  shi pu.” todos los referentes de los Suisekis; identificación, denominación de origen, dureza, suavidad de la superficie, constitución, colorido, dibujos y el estudio del carácter, estética y poder de atracción.

No sería, hasta entrado el siglo VI, la llegada a Japón a través de Corea, de los conceptos estéticos y filosóficos por la veneración de éstas piedras. Al principio relacionado con la religión, Budistas y Taoistas. Alcanzando su máximo desarrollo con una constante filosófica y cultural a la que se sumaron artes parecidas como la ceremonia del té, el Bonsái, la literatura y la pintura.

Beti Andrés

Estudié Biología en la Universidad del País Vasco EHU-UPV. Muy pronto me enamoré de los Bonsáis y quise  trabajar , viajar y  aprender todo lo posible de los grandes maestros del bonsái. Y ahora, 30 años después, sigo aprendiendo y compartiendo todo lo que sé sobre cuidado y diseño de bonsáis. Desde Bonsai Center Sopelana colaboro con grandes maestros y a la vez amigos como Manuel Germade , Taiga Urushibata, entre otros.

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