Un Mirto oriental (1)

Hola

Ya estamos de regreso. Vuelta a la realidad. Hoy quiero
presentaros la primera parte de un trabajo realizado a un mirto chino.
Todos conocemos el mirtus comunis típicamente mediterráneo.
Este ejemplar es un sizygium buxifolium. Una mirtacea emparentada con las
eugenias. Las hojas son más delicadas que las del mirto común y cuando brotan
son rojizas dando una coloración espectacular. 

Compre este árbol hace 6 años en un vivero de bonsai de
interior en Holanda. Había llegado del sur de China y aconsejaban mantenerlo en
el interior ya que no soportaba las bajas temperaturas.
El tronco era impresionante, abundante madera y un color
diferenciado entre la parte viva y la muerta.

Cuando llego a casa lo tuve protegido temiendo que muriera
de frío. El árbol no mejoraba así que cuando llego la primavera con calorcito
lo transplanté. La mezcla que traía era la típica de los árboles chinos,
tierras de sedimento mezcladas con residuos de pescado. Un pegote compacto que había
reducido el cepellón de raíces a la minima expresión. Esto último pudimos
comprobarlo al quitar toda la tierra pegada.

Utilizamos un sustrato a base de akadama cribada y lo
ubicamos en una zona del exterior orientada al suroeste. Solazo desde la mañana
hasta las 6 de la tarde.
Al principio no respondía, las ramas se secaban, otras
brotaban débiles…. Lo regaba abundantemente y soy generosa con el abono.
Después de 5 años comenzó a mostrar su fuerza. Tiraba varas
verticales con un vigor increíble así que me he decidido a darle un primer
diseño.

Es una especie de la que existe muy poca bibliografía así
que mi experiencia durante 6 años de cuidados me sirve para contar esto.
Este tipo de troncos creo que se hacen cuando esa parte del árbol
se mantiene enterrada por eso cuando se descubren quedan con cantidad de tierra
vieja entre los huecos. Esto provoca que las venas vivas se mueran y den lugar
a madera muerta muy blanda que se pudre con mucha facilidad si el árbol no esta
ventilado o si el drenaje es deficiente.
Si no lavamos toda la tierra vieja y mantenemos la madera
muerta limpia, acabaremos por perder esos troncos maravillosos.

Podéis ver el proceso de limpiado de la madera únicamente a
base de cepillos suaves. Una cosa espectacular. Las venas vivas se hinchan por
encima de la madera muerta dando relieves y formas muy bonitas. La piel de las
venas vivas es muy delicada. Si se limpian en exceso pierden el tono teja y
entonces asoma el amarillo del interior dañando la corteza finísima.

En algunas partes podemos ver los cortes realizados con una
sierra eléctrica. Con gubias y con maquina hemos refinado esas partes dando
naturalidad al conjunto. El siguiente trabajo seria dar polisulfuro pero voy a
evitarlo. Creo que un color demasiado blanco en estas maderas de frondosa no parecerá
natural así que simplemente aplicare un polímero soluble en agua que deje una
fina película mate a modo de tapa poros o sellante.


Una vez trabajadas las maderas hemos pasado la pistola de
agua para eliminar serrín y ver con la humedad la diferencia de tonalidades.
El paso siguiente es podar y alambrar ligeramente. Es cuando
nos encontramos el problema del ápice con ese tronco uniforme y sin movimiento
que tendremos que solucionar.

El árbol se puede podar como si fuera un boj. Las
ramas gruesas crecen demasiado rectas en esta especie, se alambran mal ya que
son quebradizas así que la mayoría se sustituyen por ramas finas que aunque
manejables resultan inmaduras para un tronco de las características de este.
Pero bueno, esto será material para la segunda parte de la
entrada.
Saludos cordiales,
Beti

Beti Andrés

Estudié Biología en la Universidad del País Vasco EHU-UPV. Muy pronto me enamoré de los Bonsáis y quise  trabajar , viajar y  aprender todo lo posible de los grandes maestros del bonsái. Y ahora, 30 años después, sigo aprendiendo y compartiendo todo lo que sé sobre cuidado y diseño de bonsáis. Desde Bonsai Center Sopelana colaboro con grandes maestros y a la vez amigos como Manuel Germade , Taiga Urushibata, entre otros.

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