Hola
Hoy quiero hacer una pequeña comparación entre coniferas autóctonas y las variedades de coniferas japonesas.
La diferencia en cuanto a cantidad es considerable. Seguramente la diversidad de especies en Japón se debe a su situación, a su clima y a su orografía. Además las islas ocupan estratos que van desde el frío intenso al clima subtropical.
Muchas veces me he preguntado por la riqueza en especies de nuestro país. Un país que hace miles de años estaba plagado de bosques. Ahora hay menos. La civilización, la contaminación, los incendios de desaprensivos… han reducido la superficie arbórea autóctona.
Japón es bastante mas pequeña en kilómetros cuadrados, tiene muchos mas habitantes y sin embargo las especies viven y proliferan. Ellos también se quejan de que cada vez hay menos árboles salvajes.
Las coniferas autóctonas ocupan 6 millones de hectáreas del país.
Únicamente tenemos Juníperos, Pinos, Abies y una variedad de Tejo. Alerces y Picea Abies están con asterisco ya que no son especies autóctonas pero se plantaron hace siglos y hoy en día existen verdaderos bosques de estas dos variedades.
Los pinos son capaces de ocupar la alta montaña, las dunas, los suelos pobres, zonas abruptas con fuertes pendientes.
El pino negro ( uncinata) y el pinus nigra ocupan las zonas mas altas creciendo a más de 2.000 metros de altura. Pinus pinea, halepensis y pinaster ocupan las llanuras y la montaña de altura media
Los abetos, a diferencia del resto de coníferas consideradas, son especies hidrófilas y de alta montaña. El género está representado en España por dos especies: el pinabete o abeto (Abies alba), la especie más extensa de los abetos peninsulares; y el pinsapo (Abies pinsapo).
La sabina albar (Juniperus thurifera) se desarrolla en localizaciones con fuerte aridez en suelos raquíticos, principalmente calcáreos.
La sabina mora o ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata) es uno de los árboles mas curiosos.
El tejo (Taxus baccata) es un taxón de origen antiguo, que debió estar mucho más representado en el pasado. En la actualidad su presencia en la Península Ibérica es reducida.
