TAN LEJOS, TAN CERCA

 
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Aprovechando la guardería de bonsái, dejo a mis pequeños un par de días  y me voy a hacer una  excursión que se convierte en una maravilla porque Carmen, la del TomTom ha decidido llevarnos de viaje por donde le ha parecido. 

Nuestra base de operaciones se encuentra cerca de Atapuerca en la provincia de Burgos. Un viaje en coche de poco más de hora y media nos llevaría a  la provincia de Soria y a la entrada principal al cañón de Río Lobos.
Sábado santo, nos levantamos y  Ayyy Ama ¡¡¡, estaba nevando. Es igual, nos dijimos seguro que mejora el tiempo así que ponemos la tortilla en el pan, colocamos el GPS y arrancamos.
Carmen la del TomTom hace una de las suyas y nos lleva por entre montañas, repletas de pinos, nieve y mas nieve, nadie en el camino pero unos paisajes que parecen salir de Diciembre en vez de en Abril como estamos.
Los pinos a punto de brotar y con nieve encima. Total que; el viaje se convierte en dos horas y media de Uy¡¡ mira¡¡¡ que pasada¡¡¡¡ aims que guay¡¡¡….Perdón, debo decir que Yoko es japonesa. Ella decía Wowwww¡¡¡ mas o menos o así sonaba.

Por fin llegamos a Ucero y entramos en el cañón. Una grieta profunda en la tierra de mas de 25 Km. de larga  producto de la erosión del río Lobos. La roca a lo largo de los años se disuelve por el agua, las grutas subterráneas ceden y se forman las típicas zonas cóncavas o lermas en los lados del cañón. Los colores son ocres y tonos oscuros debido a los óxidos.

En las laderas del cañón   la sabina albar, enebros, pinos laricios, quejigos y encinas conviven manteniendo el equilibrio con sus raíces al aire en esa mezcla de calizas desechas por la acción del agua y el viento. Sin embargo en las orillas del río los chopos y los sauces son los reyes.
Es curioso pero en el agua pueden verse enormes hojas que parecen alguna variedad de nenúfar.

Abro la boca como una mema admirando el planeo de los buitres leonados.

En medio del lecho del cañón encontramos la ermita de San Bartolomé o Bartolo. Dicen que esta claramente vinculada a la Orden de los Templarios. La historia de esta pequeña ermita es fascinante.

Está enclavada en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la península: los cabos de Creus y Finisterre. Este punto central lo llaman el “Omphalos”, el centro del mundo.
Esto incide en el hecho de que San Bartolomé sea uno de esos “Lugares del Mundo”. conocidos por la gran fuerza e intensidad de las corrientes telúricas que despliegan, y por haber sido centros de culto muy venerados y que se convirtieron en sagrados ya desde los tiempos más remotos.
Los dos rosetones muestran influencias musulmanas en su entrelazado, pues forman una estrella de cinco puntas. Estas estrellas de cinco puntas invertidas “pentalfa” entrecruzadas por cinco corazones para los musulmanes aluden al órgano del verdadero conocimiento, el corazón, la gnosis del Dios, y al estar rodeados por el círculo protector o matraz, nos sugiere la parte oculta del conocimiento. Además el triángulo invertido es la copa, el grial. Por lo tanto estos óculos tendrían un carácter esotérico solo accesible a los iniciados.
El temple orientaba los edificios de una forma determinada, para que la luz penetrase a medio día causando impactantes efectos lumínicos, en el interior de ciertas estancias.


Las construcciones, estaban ubicadas en sitios peculiares, mágicos, algunas en mitad de ningún sitio, en ocasiones eran cambiados ciertos solares muy reconocidos, por otros sin apenas valor donde el temple orientaba las edificaciones, ¿Porqué?


La mayoría de los enclaves templarios estaban situados en zonas de fuertes corrientes telúricas.
Lugares que en otros tiempos habían sido utilizados para realizar ciertos ritos, grutas, santuarios, zonas provistas de una aureola mágica. 

Quizás aprovechando las líneas Harmann, líneas Ley o líneas del Dragón. Estos lugares hacen que la vida  dedicada al estudio, a la búsqueda del conocimiento, o al acercamiento a Dios, sea especialmente fértil.
La ubicación del lugar, facilita la conexión con algo o con alguien muy especial.
Interesante el tema de la antigua abadía.  Una vez visitado el cañón  a paso ligero ( el frío era importante ) vuelta a casa, esta vez si por el camino mas rápido aunque también bastante mas aburrido.
El atardecer nos regalo esta imagen.

Beti Andrés

Estudié Biología en la Universidad del País Vasco EHU-UPV. Muy pronto me enamoré de los Bonsáis y quise  trabajar , viajar y  aprender todo lo posible de los grandes maestros del bonsái. Y ahora, 30 años después, sigo aprendiendo y compartiendo todo lo que sé sobre cuidado y diseño de bonsáis. Desde Bonsai Center Sopelana colaboro con grandes maestros y a la vez amigos como Manuel Germade , Taiga Urushibata, entre otros.

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